Gran tarde de toros, hasta el Sol quiso contribuir y nos díó un respiro dejándonos descansar durante toda la corrida. La Plaza hasta los topes, la reventa tan contenta, los toros siguiendo la tónica general de la feria, estupendos, el público entregado y los toreros dispuestos.En fin tanta felicidad no puede ser buena y yo estoy seguro que esto tiene que ser pecado. Debe ser por eso que los antitaurinos quieren redimirnos suprimiendo la fiesta, lo malo es que con tardes así, cada vez somos más los pecadores y le vamos a tomar gustillo a este pecado tan gordo. ¡Hay que ver lo mal que le sienta a algunos que la gente sea feliz!.
Lo de José Tomás es un caso a parte, yo no digo que sea ni mejor ni peor que otros, de hecho en el panorama taurino además de él hay auténticas figuras del toreo, pero de lo que estoy convencido es de que no tiene comparación, es distinto, tanto es así que propondría que se añadiera al escalafón existente, otro en el que figurara solamente él y sus corridas, clasificadas en orden de importancia. Vamos ...que si los trajes de luces tuvieran numeración como las camisetas de los deportistas, su número habría que retirarlo de por vida.
Os dejo aquí un vídeo de la faena de capa al segundo de su lote. No es de muy buena calidad porque esta tomado con la cámara de fotos, y uno no puede filmar y estar pendiente de lo que pasa en la plaza al mismo tiempo, pero dadas las circunstancias uno hace lo que puede. Espero que os guste.
La banda de soplagaitas, porque ya no pienso llamarles músicos, como siempre y en su línea, se marcharon hoy también antes de que Manzanares acabara la lidia del sexto de la tarde. En el pecado llevan la penitencia porque se perdieron el gustazo de tocarle la música a José Tomás cuando salía por la Puerta Grande. Lo que me extraña es que en el palco de la presidencia, nadie se haya dado cuenta todavía, bueno a lo mejor es que ellos tienen bula, porque desde luego si a mí se me ocurre ausentarme de mi asiento durante la lidia, o llego cuando la corrida ha empezado, no me dejan entrar y tengo que esperarme al siguiente toro. Debe ser que los que no somos músicos, no somos de Dios
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